Feliz Navidad, SUPERHÉROES.
Detrás de las mascarillas FFP2 siguen habitando las sonrisas
y los ojos del Niño Dios que nace.
En el suave tacto del hidrogel se adivinan
las manitas del Niño Dios que nace.
Por el aire que entra tras las ventanas se percibe
el hálito del Niño Dios que nace.
Más allá del metro y medio que me quiere separar veo
la estrella del Niño Dios que nace.
No puedo dejar de ver al Niño Dios que nace, todos los días.
También en Navidad.